Ahora que te vas,
ahora que quiero que te vayas,
llévate en tus pisadas
mi sueño de eternos presentes,
ese sueño que mi nostalgia inventó
para no enloquecer en la espiral de desamor.
Ahora que te vas,
ahora que quiero que te vayas,
llévate mi amor, libre ya de ataduras,
y esa ternura infinita
con la que mis manos
han acariciado tu fragilidad.
Ahora que te vas,
ahora que quiero que te vayas,
cierra la puerta sin hacer ruido
y a mí, déjame yacer desnuda
acurrucada entre los pliegues de las sábanas
impregnadas de humedades,
de olores, de sabores, de entrega.
Ahora que te vas, amor,
ahora que no sé si quiero que te vayas,
ahora que ya te has ido.
© María Meilán